jueves, 26 de abril de 2012

Sea la Paz.

Sea la paz
ánfora infinita que engulla en su brocal las penas 
hoyo negro que se trague los malsanos días
manantial que fluya de concordia y vida

        Sea la posible idea que nos de cobijo
        cuando ya perdidos la humana senda desvaría

Y las manos lleguen a otras manos 
y el tirano huya ante la furia del esclavo

Sea proclamado el día como luz y no agonía
y la bella imagen del tesoro sea la risa 
                                        de los niños y los viejos
en la escala de placeres construyendo   


Cien Mil poetas por el Cambio. San Luis Potosí. México. 2012


Para salir al mundo

Vive mi verso en otro verso descubierto
ante la duda de saber que otros leerán
lo que refleja el mundo que contiene
asumido entre vivencia en confesión 
inquieto por dejar lugar seguro

 Desnudo en gozo del que ama ser
                                    de todos sin recato,
 si fuera dable esquivar el odio que recibe
                                                            
Al cabo este sendero mal-herido
entre manos vive que lo arropan

Si el sudor empapa la camisa
estímulo después de la jornada 
como brisa fresca pocas frases 
desligadas del acoso
aviva




martes, 24 de abril de 2012

Extracto de Cantares. Autor: Rey Salomón. A.T.

Ponme como un sello sobre tu
      corazón, como una marca 
      sobre tu brazo;
Porque fuerte es como la muerte 
     el amor;
Duros como el Seol los celos;.
Sus brasas, brasas de fuego, fuerte 
     llama.
Las muchas aguas no podrán 
     apagar el amor,
Ni lo ahogarán los ríos.
Si diese el hombre todos los bienes
     de su casa por este amor,
De cierto lo menospreciarían.

domingo, 22 de abril de 2012

Atado

Voy de tu piel a mi asombro
en dentelladas del viento
que me grita : ¡ huye!


Solo me ata y desata
de tu espacio
la clorofila del majestuoso
laurel ciego del bosque de la vida
sigo tu rastro de sal
y salto de la base
a la diosa
que mora en la sombra
aquejado

sábado, 21 de abril de 2012

Fantasías de la mente

Acomoda y roza los muslos en tanto cede
                                                       al imprevisto arranque
se deja notar la intención en la mirada
si pudiera prolongar el clima que presenta
Para ciertos misterios de la mente no existe palabra que
los nombre
Deposita toda la fuerza del empeño en poner acción
que despierte sensaciones

                 Hasta que amanezca será demasiado el tiempo

Las historias caben de tal forma en los sentidos
que la luz dibuja los cuerpos en vela

jueves, 19 de abril de 2012

Del Silencio Vengo

Del silencio vengo
inexpresivo
                   audaz
vengo del polvo y de la tierra
de enterrar a un muerto vengo y aún lo lloro
porque pudo más la muerte que mis manos


En silencio hablo de los muertos, que las manos
                                                       no pudieron retener
esforzados en clamar al cielo el perdón de culpas
                                                       no expiadas
En la comezón de la conciencia
se propone un poco de locura para alzar del piso de la morgue
los pedazos de mentiras que han caído


Vengo enfundado en la misma historia que les cuento
con alma de asistir
al pesado manuscrito de las culpas
en  acecho de los pocos adecuados
para ofrecer perdón


                  Ante el pecho se dilata la estrofa mal cantada
                                    de un himno que ya muchos dan por olvidado


Es al muerto el respeto que se debe, el último asistente
                                                                     que ha quedado


Afuera la noche agoniza sin remedio
para la negociante 
               de ilusiones


Una frase de Sarduy lo define.

...una de mis inquietudes mayores es la de demostrar la ilusión- hay un travestí constante en mi literatura- la ilusión del sexo, la ilusión de la figura humana, la ilusión antropológica, antropomórfica...

                                                                                                                             Severo Sarduy.

La Cuarta Noche. Severo Sarduy. Cubano



Oye, qué acordeones falsos.
La lucidez, el muro blanco,
(la voz gangosa del disco)
rayado, un leopardo arisco
preso entre los hilos rojos.
(las agujas de sus ojos
me miran). La hoja en blanco,
la mano que escribe temblando.

Querencias en el Metro. Carmen Saavedra. México.D.F.




La nostalgia es un deseo agridulce
un escozor necesario para pedir más

Extraño todo lo que habita fuera de mí
anhelo cafeterías países películas

Aún no me repongo del mundo
sigo impresionada por los millares de niños
y la escasez de ternura

Ese gran alarido sofocado
es el miedo que nos dan los espejos rotos

Y vuelvo a pensar en la parte de vida que me toca
tragedia o comedia
esa será mi elección libre y popular

Y te digo y me digo de las querencias

Quiero que el amor sea un pasajero en el metro
Quiero tú me veas a los ojos y me digas de tu soledad tan perra

Quizás lloraremos juntos
por lo que fue y no es
por lo que nunca ha sido
por lo que pudiera ser

miércoles, 18 de abril de 2012

El espacio de la idea.

En mil formas que no encuentran justicia
enlodado desecho el sumido espacio
a fuerzas de existir derrama 
                                   la sangre de mil poros.


                       En cruzar la vista  desvanece
                                                       la profunda huella


La misera moneda que al esclavo compra
angustia en la deforme infamia  
de la putrida mazmorra 
    
Sobre la pared que calla
la idea acaba por ser libre

martes, 17 de abril de 2012

Ciudad de Ocaso. María González.Asturias. España

Ciudad desvencijada
Sueños atados al quicio de una puerta
Sombras diluyéndose en el libro de la vida
Corazón engullido
por la angustia y la desesperación
Piel ajada por las arrugas del dolor
Voces atrapadas
te llaman a las negras sombras,
a las tinieblas del ocaso.

lunes, 16 de abril de 2012

Nostalgia. Roberto Reséndiz. Michoacan. México.

Ladrar no remedia el tiempo perdido
la espera ilustra dentro de la intemperie
y no desvelo a la congoja
este miércoles
grave
oscuro
desierto...

Grito mi nostalgia de fantasma
pálido en la noche mendigo el consuelo
y durante el nítido vacío
naufrago en la playa
del podrido y descontento poeta
que habita en mi cerebro...

Mañana...
Por casualidad
quizá viaje encima de la nostalgia
al infinito infierno...

domingo, 15 de abril de 2012

Oda a L.A. pensando en Brian Jones, muerto. Autor: Jim Morrison




Soy habitante de una ciudad
Acaban de escogerme para representar
al Príncipe de Dinamarca

Pobre Ofelia

Todos esos fantasma que él nunca vio
Flotando hacia la fatalidad
Sobre un candelabro

Vuelve, valiente guerrero
haz la zambullida
en otro canal

Fondo caliente engrasado *
donde está Marrakech
en las cascadas
de la tormenta salvaje
donde los salvajes lucharon
a última hora de la tarde
monstruos del ritmo.

Has abandonado tu
Nada
para completarla con
Silencio

Espero que te hayas ido sonriendo
Como un niño
En los serenos vestigios
de un sueño.

El hombre ángel
con serpientes compitiendo
por sus palmas
y sus dedos
finalmente reclamó
su benévola
Alma

Ofelia

Hojas, empapadas
en la seda

Sueño
de cloro
Loco sofocado
Testigo

El trampolín, la zambullida
El fondo

Eras un luchador
una musa adamascada de almizcle

Eras el desteñido
Sol
durante una tarde de TV

sapos cornudos
disidente de un lunar amarillo

Mira ahora hacia donde te trajo
A ti

Al cielo de la carne con los caníbales y judíos

El jardinero
encontró
el cuerpo, endémico, flotando

Afortunado cadáver
qué es esta materia verde pálida
de la que estás hecho.

Haz agujeros en la diosa,
en su piel.

¿Él apestará
llevado al cielo
a través de los pasillos
de la música?

No hay oportunidades.

Requiem por un duro
Esa sonrisa
esa mirada de gordo sátiro
lascivamente
saltó hacia arriba

hacia el barro.


sábado, 14 de abril de 2012

Sinfonía de las horas muertas

Quien medita sobre el tiempo
                                 acaba por amarlo 
al menos lo escudriña intentando ubicar la pregunta justa
para la respuesta conocida


Piensa en la tarde que se pierde en horas
              de la vida que entrega
sin saber que hacer 
con ocasos que no esperan
                                  conquistar el futuro


Lo que  ambiciona no es tanto descifrar el mañana
si no retener algo del ahora

jueves, 12 de abril de 2012

Magdalena. Olimpia Badillo. Cd. Fernández. San Luis Potosí.

Hoy es martes
un martes cualquiera en el que el viento rompe nubes
y llueve aunque no sea mayo.
Otro mayo como aquel
y otro martes desde entonces el mismo,
en que la tarde busca las esquinas
para apoyar la espalda
y dejar a la vista la desnudez
                                   y el precio:

Cuánto por esta tarde
o por lo que del día resta,
cuánto por maquillarme el alma
por despintarme el sueño que no alcanzo
por lavar de mis pómulos el rubor barato
y untarles otro aliento.

Cuánto por alquilar mi voz así : sin júbilo
sin heroísmos
de madre-mujer-hermana-hija-novia-amante-
                                              todas menos yo.
cuánto por esta bocacalle que soy, seré-eres-somos
sable para bien-herir la compasión
                                   antes de la cruz de siete días.
Hoy es martes
martirio mortajado a golpes de caricias
martes que duele en cada puerta
martes con olor a gato negro y carmesí marchito
                          por el ocio de cada lunes
                en que "ni las gallinas ponen".

Martes de buena suerte con escalera y todo
de mano abierta para dar y repartir amor.
Hoy es martes , Magdalena.
Hoy toca abrir tu puerta y dar limosna
a cada sentenciado.
Hoy toca mojar el pan ácido del día de ayer
con el que iban a pagarte la jornada.
Hoy abren los azahares la espiga de su aroma
y los dioses dulces, generosos y amantes
                           bajan a la tierra para asirse a ti.
Hoy es martes Magdalena:
¿ Ya viste que estás más bella que la virgen?





Libertad

                                             La libertad es el sueño del esclavo.
  


Por el fuego pasa a convertirse en mariposa el avatar del guerrero
conquista los espacios donde escribe su destino


Tanto ir en busca de  metáforas 
sin admitir que aún no sabe el secreto del susurro
que al viento habla y las piedras simulan mundo nuevo 


Recreada a expensas de la lluvia la voz clara del que canta
sonrisa sin miedo en la noche de los sueños
poesía escrita en la piedra misma


El vigilar del ave mientras intenta detener el ataque
arremeter contra todo mutando en figura exquisita


Amar la libertad 
en las cosas que escapan de ser vistas 
templar conciencia  sin fraguar aún
en la batalla insigne
ordenar que se inserten las consignas
medir los resultados
ante la carne expuesta


En la maravillosa acción del día
entregarse todo



lunes, 9 de abril de 2012

Resquicios. Angel Carlos Sánchez. Acapulco. México.1967



La boca y la esperanza, el sueño
son grietas que permiten intercambio.
En algún lugar del mar
hay un resquicio
por donde el agua se derrama
hacia otro tiempo.
En algún lugar del mal
hay un punto de frescura
donde es posible
que se funda la utopía.
En algún lugar hay un lugar
que, por no serlo,
permite la existencia,
el movimiento
y el descanso

domingo, 8 de abril de 2012

Otra herida



                                      A Heriberto Hernández , poeta de Camajuaní 






Los ojos que han visto no dejan de asombrarse
puedo imaginar perfectamente el ocaso del miedo 
en desafiante mueca al infinito 
enroscada ante la letra que expulsa 
de un movimiento súbito 
se apodera de las manos que ha besado tantas veces y temiendo verlas irse
las envuelve codiciable entre su pecho y el mañana
que ya no importa


                   No me dejen saber la desgracia de otra muerte
                                                      cuando hay tanto por saber de quién escribe

Hasta el fondo en fojas desordenadas cae la imagen del poeta
lo observa el ojo impasible del águila americana
acostumbrada a los actos más disimbolos
la idea de mil mundos se dispersa en la caída


Raído el soporte de la vida encuentra en su abandono
un lugar donde poder quedarse quieta el alma
en tanto el juicio llega y la manada de secuaces 
se repone 












sábado, 7 de abril de 2012

Un poema- tal vez un sueño- para viajeros. Jerome Rothenberg




Ojos claros el árbol
es amigable
incluso un poco lento
dice el amigo Gerónimo
mi reloj marca las
3:15
camino por la vieja esquina de Main Street
pasando el Teatro
Séneca y cruzo
el puente qué tal
ciudadanos
de Salamanca
qué tal dicen los perros
él es amigo del árbol
y mío
él es un tonto color
amarillo ojos que brillan
un poco dentro de los ojos
en Yucatán los cielos nunca están
vacíos y los árboles
de Yucatán hablan lengua maya
alguien nos dijo:
van de viaje

jueves, 5 de abril de 2012

Un día cotidiano.

En la calle se desviste la esencia 
en busca de algo que ofrezca sentido
y de pronto más allá de la propia frontera
se descubre en objetos que nos pueblan
fundido así al quedo embrujo
llegamos al lugar del mago 
que esconde bajo las tapas el ingreso del día
a costa de los tercos
más allá del ruido de un frenazo a tiempo
brutal y llamativo 
la joven pasa estimulando la vista
y todos apuestan a saber sobre su itinerario 
en la banqueta aburrida que transita


Pocos miran la mano que se extiende por alguna moneda
y el olor agrio del sudor de los pordioseros
piensan que su dinero no será para comprar Mezcal barato
la dulce droga de los pobres enterrados a la sombra de las cortinas


El vello axilar de la vendedora de frutas recuerda al hombre primitivo
me remito al respeto al derecho ajeno y sigo rumbo a la prestamista












Sueño # 1

Me vi de pronto en el marasmo de una vida ajenamente mía
roto en cada arista
con temor a herirme

       Asoma en la esperanza
       algo parecido a un destello
       tal vez  espíritu de paz en forma incomprensible 
       envuelto en la ocasión de ser frontera
       entre sensitivas cosas del pasado

De sueño cubro horas del descanso
viejos fantasmas se aproximan
se codean cual si nada los que un día fueron  
en tanto forman parte del olvido 

Donde estoy huele a miel 
marca líneas la esbelta dulce
bajo un cielo sin sol que me desborda 
el olor a campo inunda la extensión de una cama que flota
                                                                     al final de un surco interminable

El cielo es tan grande como el camino de regreso a casa

Cómo puedo recordar tal olor
cuando el mundo está por estallar
la última Monarca aún no deja el jardín que le propuse
veo la estela del ferrocarril de Tallapiedra 
                                                              ennegrecer todo

Sentado en la estación donde no hay tren que arribe 
                                         escucho el silbido interminable de la alarma



lunes, 2 de abril de 2012

Frases para un porque.

              Uno está en peligro todos los días de convertirse en aquel 
                                                                                  que los demás aceptan y desean




Si fuera posible saber dónde buscar fortuna


y desandar fuera dable a los anillos de vida


el rojo de la flor de ayer lo seria mañana




Si  poseer, se diera al cabo, tras anunciar la primavera


todas las mariposas diera vértigo a la prisa


de una sonrisa de niña atrapada en la memoria






                                           para que se escribe, me pregunto 






Para cambiar la vida 


                 que sangra en la pobreza


más que de barcos que zarpan y sirenas que lamen


melancólicas heridas 













 


domingo, 1 de abril de 2012

El Cuervo. Edgar Allan Poe. Escrita en 1845.


Una fosca media noche, cuando en tristes reflexiones,
sobre más de un raro infolio de olvidados cronicones
inclinaba soñoliento la cabeza, de repente
a mi puerta oí llamar;
como si alguien, suavemente, se pusiese con incierta
mano tímida a tocar:
“¡Es —me dije— una visita que llamando está a mi puerta:
eso es todo y nada más!”.
¡Ah! bien claro lo recuerdo: era el crudo mes del hielo,
y su espectro cada brasa moribunda enviaba al suelo.
Cuán ansioso el nuevo día deseaba, en la lectura
procurando en vano hallar
tregua a la honda desventura de la muerte de Leonora;
la radiante, la sin par
virgen pura a quien Leonora los querubes llaman, hora
ya sin nombre... ¡nunca más!
Y el crujido triste, incierto, de las rojas colgaduras
me aterraba, me llenaba de fantásticas pavuras,
de tal modo que el latido de mi pecho palpitante
procurando dominar,
“¡Es, sin duda, un visitante —repetía con instancia—
que a mi alcoba quiere entrar:
un tardío visitante a las puertas de mi estancia...,
eso es todo, y nada más!”.
Poco a poco, fuerza y bríos fue mi espíritu cobrando:
“Caballero —dije— o dama: mil perdones os demando;
mas, el caso es que dormía, y con tanta gentileza
me vinisteis a llamar,
y con tal delicadeza y tan tímida constancia
os pusisteis a tocar,
que no oí” —dije— y las puertas abrí al punto de mi estancia;
¡sombras sólo y... nada más!
Mudo, trémulo, en la sombra por mirar haciendo empeños,
quedé allí —cual antes nadie los soñó— forjando sueños;
mas profundo era el silencio, y la calma no acusaba
ruido alguno... resonar
sólo un nombre se escuchaba que en voz baja a aquella hora
yo me puse a murmurar,
y que el eco repetía como un soplo: ¡Leonora..!
Esto apenas, ¡nada más!
A mi alcoba retornando con el alma en turbulencia,
pronto oí llamar de nuevo, esta vez con más violencia:
“De seguro —dije— es algo que se posa en mi persiana;
pues, veamos de encontrar
la razón abierta y llana de este caso raro y serio,
y el enigma averiguar;
¡Corazón! Calma un instante, y aclaremos el misterio..:
es el viento, y nada más!”.
La ventana abrí, y con rítmico aleteo y garbo extraño,
entró un cuervo majestuoso de la sacra edad de antaño.
Sin pararse ni un instante ni señales dar de susto,
con aspecto señorial,
fue a posarse sobre un busto de Minerva que ornamenta
de mi puerta el cabezal;
sobre el busto que de Palas la figura representa
fue y posóse, y ¡nada más!
Trocó entonces el negro pájaro en sonrisas mi tristeza
con su grave, torva y seria, decorosa gentileza;
y le dije: “Aunque la cresta calva llevas, de seguro
no eres cuervo nocturnal,
viejo, infausto cuervo oscuro, vagabundo en la tiniebla...
Dime: ¿cuál tu nombre, cuál,
en el reino plutoniano de la noche y de la niebla..?”.
Dijo el cuervo: “¡Nunca más!”.
Asombrado quedé oyendo así hablar al avechucho,
si bien su árida respuesta no expresaba poco o mucho;
pues preciso es convengamos en que nunca hubo criatura
que lograse contemplar
ave alguna en la moldura de su puerta encaramada,
ave o bruto reposar
sobre efigie en la cornisa de su puerta, cincelada,
con tal nombre: “Nunca más”.
Mas el cuervo, fijo, inmóvil, en la grave efigie aquella,
sólo dijo esa palabra, cual si su alma fuese en ella
vinculada, ni una pluma sacudía, ni un acento
se le oía pronunciar...
Dije entonces al momento: “Ya otros antes se han marchado,
y la aurora al despuntar,
él también se irá volando cual mis sueños han volado”.
Dijo el cuervo: “¡Nunca más!”.
Por respuesta tan abrupta como justa sorprendido,
“no hay ya duda alguna —dije—, lo que dice es aprendido;
aprendido de algún amo desdichado a quien la suerte
persiguiera sin cesar,
persiguiera hasta la muerte, hasta el punto de, en su duelo,
sus canciones terminar
y el clamor de su esperanza con el triste ritornelo
de: ¡Jamás, y nunca más!”.
Mas el cuervo provocando mi alma triste a la sonrisa,
mi sillón rodé hasta el frente de ave y busto y de cornisa;
luego, hundiéndome en la seda, fantasía y fantasía
dime entonces a juntar,
por saber qué pretendía aquel pájaro ominoso
de un pasado inmemorial,
aquel hosco, torvo, infausto, cuervo lúgubre y odioso
al graznar: “¡Nunca jamás!”.
Quedé aquesto investigando frente al cuervo, en honda calma,
cuyos ojos encendidos me abrasaban pecho y alma.
Esto y más —sobre cojines reclinado— con anhelo
me empeñaba en descifrar,
sobre el rojo terciopelo do imprimía viva huella
luminosa mi fanal,
terciopelo cuya púrpura ¡ay! jamás volverá ella
a oprimir, ¡ah, nunca más!
Parecióme el aire, entonces, por incógnito incensario
que un querube columpiase de mi alcoba en el santuario,
perfumado. “Miserable ser —me dije—, Dios te ha oído,
y por medio angelical,
tregua, tregua y el olvido del recuerdo de Leonora
te ha venido hoy a brindar:
bebe, bebe ese nepente, y así todo olvida ahora”.
Dijo el cuervo: “¡Nunca más!”.
“¡Oh, profeta —dije— o duende!, mas profeta al fin, ya seas
ave o diablo, ya te envía la tormenta, ya te veas
por los ábregos barrido a esta playa, desolado
pero intrépido, a este hogar
por los males devastado, dime, dime, te lo imploro:
¿Llegaré jamás a hallar
algún bálsamo o consuelo para el mal que triste lloro?”.
Dijo el cuervo: “¡Nunca más!”.
“¡Oh, Profeta –dije— o diablo! Por ese ancho, combo velo
de zafir que nos cobija, por el mismo Dios del cielo
a quien ambos adoramos, dile a esta alma adolorida,
presa infausta del pesar,
si jamás en otra vida la doncella arrobadora
a mi seno he de estrechar,
la alma virgen a quien llaman los arcángeles Leonora!”.
Dijo el cuervo: “¡Nunca más!”.
“Esa voz, oh cuervo, sea la señal de la partida
—grité alzándome—, retorna, vuelve a tu hórrida guarida,
la plutónica ribera de la noche y de la bruma..!
¡De tu horrenda falsedad
en memoria, ni una pluma dejes, negra! ¡El busto deja!
¡Deja en paz mi soledad!
¡Quita el pico de mi pecho! ¡De mi umbral tu forma aleja..!”.
Dijo el cuervo: “¡Nunca más!”.
¡Y aún el cuervo inmóvil, fijo, sigue fijo en la escultura,
sobre el busto que ornamenta de mi puerta la moldura...,
y sus ojos son los ojos de un demonio que, durmiendo,
las visiones ve del mal;
y la luz sobre él cayendo, sobre el suelo arroja trunca
su ancha sombra funeral;
y mi alma de esa sombra que en el suelo flota... nunca
se alzará..., nunca jamás!