miércoles, 26 de mayo de 2010

Libertad. De la poeta y artista plástico, Margarita Gárcia Alonso.


Dictadura los que están por venir, te repudian.

sábado, 22 de mayo de 2010

Voz

No es voz de multitudes mi voz




pausada en la noche
                           se descubre



amoldada a la caja espera



donde funden



metales de diversas latitudes





Al calor se expande



templada por su soledad



en lo oscuro aguarda



de su luz se adorna



teje

                   ofrece

                                            muere



por sentirse libre



ofrecida en pago



a cambio de la vida

jueves, 20 de mayo de 2010

De Escritores malditos, libertades, conciliábulos oportunistas y crisis existencial a la sombra del poder virreinal en la Cuba del siglo XXI

Viviendo en Cuba nunca supe que existían tres escritores cubanos malditos, al primero lo leí en el mismo año 1984, en que llegue a México. Reinaldo Arenas, irónico, irrevencial, buen poeta, es alguien que te alegra el día. El otro es uno de los escritores mas grandes del siglo XX en la literatura cubana, y de Latinoamérica, despampanante, burlón, irónico más que el primero y con una narrativa genial y cubana hasta la médula, Guillermo Cabrera Infante, el tercero es Heberto Padilla. Poeta, ensayista, polémico, (lo de polémico, no es ningún género literario) incluso el poeta no era polémico, la misma lo perseguía, por su salvaje instinto a ser un escritor honesto.
¡Vaya!, Todo un  tipo dispuesto a decir. Ganador del Premio Casa de las Américas, con un libro que le costo muy caro.
No se puede escribir de la literatura cubana sin mencionar a estos tres, aunque existan muchísimos más dentro de Cuba o en la diáspora.
De los sagrados que nunca abandono la patria esta Lezama Lima, el maestro de muchos, con su meticulosidad del lenguaje, su cubania refinada, su erotismo criticado e incomprendido, pero con un innegable manejo del lenguaje y una maestría que sentó plaza en la segunda mitad del siglo pasado.
De aquellos que quedaron en Cuba, Nogueras, Guillén, y algún que otro sobreviviente incluido Feliz Pita Rodríguez, Eliseo Diego, Fina García Marruz, y muchos más que se me olvidan quedan como un aparte en la historia literaria de la época revolucionaria.
Algunos otros no logran convencerme que los lea, será por el tufo de miedo que los envuelve. Necesitarían intentar ser ellos o desafanarse de una autocensura que los carcome.
El poeta sobre todos, debe gozar de la libertad del viento que llega a tocarlo, sin preguntar si esta dispuesto o no a decir.


Y la libertad no puede ser condicionada a ningún ser humano, so pena de limitarlo y en las limitaciones ni vive el ser, ni puede crecer un escritor o artista que presuma ser libre.
Se que van a decirme que en las prisiones el arte existe, y es cierto, pero por las mismas circunstancias es un arte contestatario, un arte de reflexión y lucha.
Respeto el trabajo de muchos escritores que viven sujetos a leyes que los convierten en poco menos que prisioneros, sin contar los sufrimientos, carencias y otras cuestiones del entorno.
Con que poder de abstracción viajan hacia el mundo de sus fantasías.

Pero que vacío de verdades se muestran sus textos al mirar hacia el lado opuesto del incendio.
Conozco los estados del miedo, viví en su seno desgarrante y humillante para los creadores de arte.
Solo los muy osados y los mercenarios o aquellos que se inventan un mundo de fantasías y viven de ellas y las expresan y acaban por creerlas, o los otros, los más canallas que adulan y adormecen y venden a otros creencias en sistemas que ellos coadyuvan a engendrar y luego sin recato extirpan de sus días, reniegan, callan y aborrecen en secreto.
Cada quien su mundo, su mundillo o submundo mefistofélico, el talento da para no meterse en honduras de hipocresías mayores.
He amado siempre a la gente sincera y acepto de buena gana a quien me diga ser feliz de corazón con lo que tiene, a sabiendas que puedo encontrar algún sincero que ponga su vida por sus ideales, cosa bastante rara entre la especie humana contemporánea.
El Virreinato actual adolece de la sensibilidad y aborrece al arte, no puede haber rastros de arte donde hay rastros de sangre. El arte como tal es el opuesto al sometimiento, al terror, al miedo para sacar la ventaja pesarosa con la que los dictadores someten al pueblo y ofrecen un circo de mediana pulcritud, mediocre, para calmar a sus poseídos y hacer la vida llevadera, mostrando abiertamente que la obediencia es la filosofía ofrecida. Cualquier otro tema no autorizado es traición, y la traición es el pretexto para aborrecer, liquidar y exterminar al que piensa o actúa diferente en las dictaduras totalitarias.
Como a muchos dictadores, como a las fieras, gustan de algún tipo de música selecta, y prefieren los retratos al arte abstracto. Por supuesto no soportan a los poetas y solo gustan de las biografías o de las autobiografías.
Leo , veo y asimilo una cultura virreinal en crisis , porque si un ser humano es sincero , si un ser humano es honesto y si un creador es observador no puede sustraerse al deterioro de los niveles de vida tan penosos como los actuales en el reinado del virrey cubano.

miércoles, 19 de mayo de 2010

José Marti. 1853- 1895

José Marti introdujo Hojas de hierba, de Whitman – ciertos críticos comparan con Las flores del mal, de Baudelaire – al castellano. Desde 1887. Sabía encontrar Marti en los hombres la grandeza que no se anda pregonando.

Y hallo su grandeza cuando tal vez no la estaba buscando, abrumado por los pesares de la vida y de la patria.

Tanto se ha dicho de Marti que puede parecer redundancia mencionar algo más y sin embargo un día como hoy todo se presta a rememorarlo.


Los hombres que sobresalen abundan en el mundo y dan luz a los que buscamos luz y dan fe y esperanzas a quienes andamos con el desanimo a cuestas por lo duro del bregar cotidiano contra la maldad que impide a los hombres por su propia pequeñez alzarse, para lograr poder decir y actuar con entera libertad.


Con esa luz de fuego quemando el alma leo a Marti y su obra, nos dio a conocer al poeta norteamericano más audaz de todos los tiempos, al más libre en su métrica y en su fondo, supo aquilatar la magnitud del ser humano donde otros vieron defectos.


Cuanto quedó por decir el día que las balas lo alcanzaron al recodo de una vereda. De cara al sol se fue sin una queja.


Otro aniversario donde los pequeños mediocres irán por miedo a ponerle flores al que se debe amar de pie y luchando por honrarle en libertad.