domingo, 31 de marzo de 2013

Que venga


Cada silencio abruma 
Delirante abrazar a un niño que no se deja
porque falta en la soledad de los brazos

Mas allá de últimos instantes traspasado el tiempo

separados cuerpo y alma, sabré entonces de los misterios
en las caricias que nunca fueron

Cada silencio advierte nuevo amanecer radiante

desde el otro lado del mar la gente no puede ver mis ojos
si lloro, cuando digo que sonrió, reír cuando estoy llorando

La intensidad frenética al recordar  labios mordidos y sedientos

Mi sangre, viajera explosiva que amenaza estallar  

Inconclusa la obra, que venga. Al cabo la he amado tanto, tan profundamente


Que puede ser de otros y besar mil gentes diferentes

 y aún siento la espera quemar dentro


Obra del Mtro. frances Claudio Enrique Bartoli. San Luis Potosí. 

martes, 26 de marzo de 2013

El Inquieto quehacer humano.




Los Creadores se convierten en nómadas estéticos que importan de todos los géneros para dar salida a sus necesidades literarias.
                                                                        Eva Sáiz.

Con  el  titulo de “Un Gorro Ruso”,  nos presenta la escritora Gabriela d´ Arbel  (México 1970)  su más reciente trabajo literario.

Fresco,  interesante y coherente proyecto, que la sitúa en la condición de escritora de vanguardia.

No es ciertamente algo nuevo en la comarca de los inquietos, pero rompe con mucho lo acostumbrado a leer  en nuestras presentaciones citadinas.

Veía venir tal explosión de parte de nuestra apreciable compañera, cuando tuve la ocasión de leer algo de estos escritos en un periódico local.

Un escritor debe estar abierto a todos los experimentos,  lo novedoso,  propositivo y revolucionario, que  se pueda abordar para trasladar el mágico mundo de su pensamiento a los lectores y público en general.

La época vuelve a ser terreno de retos, sea porque la gente no puede o no quiere  acercarse a la creación, o porque el creador no desea dejar pasar los tiempos que le han tocado vivir.

Sea en fin, lo que sea y aún más, esté libro muestra esa habilidad e  interés expreso de la autora para colocarse en boca de los receptores de su palabra.

Me gusta este cause que manda el agua fresca a las tierras áridas del desierto, me agrada el riesgo asumido por Gabriela. Ya conocía su narrativa y confieso que siempre me ha gustado su poesía.

Ahora nos ofrece una nueva visión de su quehacer literario, un arresto de letras que tiene como misión deshacer la impresión del género que algunos esgrimen con tibieza para empezar a probar una poca usada forma de hacer literatura. Sin embargo no nueva.

Aplaudo la libertad en todas sus manifestaciones, estamos ante una variante positiva en la obra de esta escritora y sin duda veo con agrado que ha salido victoriosa.

Espero que el futuro la coloque ante retos mayores, para poder seguir asombrándonos con sus letras.




lunes, 25 de marzo de 2013

Cuatro poemas de amor


La buhardilla. Ezra Pound


Ven, apiadémonos de los que tienen más fortuna que nosotros.
Ven, amiga, y recuerda
que los ricos tienen mayordomos en vez de amigos,
y nosotros tenemos amigos en vez de mayordomos.
Ven, apiadémonos de los casados y de los solteros.
La aurora entra con sus pies diminutos
como una dorada Pavlova,
y yo estoy cerca de mi deseo.
Nada hay en la vida que sea mejor
que esta hora de limpia frescura,
la hora de despertarnos juntos.


Sensación. Arthur Rimbaud

Iré, cuando la tarde cante, azul, en verano,
herido por el trigo, a pisar la pradera;
soñador, sentiré su frescor en mis plantas
y dejaré que el viento me bañe la cabeza.
Sin hablar, sin pensar, iré por los senderos:
pero el amor sin límites me crecerá en el alma.
Me iré lejos, dichoso, como con una chica,
por los campos , tan lejos como el gitano vaga.


Cerca.   Nicolas Guillén
Cerca de ti, ¿por qué tan lejos verte?
¿Por qué noche decir, si es mediodía?
Si arde mi piel, ¿por qué la tuya es fría?
si digo vida yo, ¿por qué tú muerte?
Ay, ¿por qué este tenerte sin tenerte?
Este llanto ¿por qué, no la alegría?
¿Por qué de mi camino te desvía
quién me vence tal vez sin ser más fuerte?
Silencio. Nadie a mi dolor responde.
Tus labios callan y tu voz se esconde.
¿A quien decir lo que mi pecho siente?
A ti, François Villón, poeta triste,
lejana sombra que también supiste
lo que es morir de sed junto a la fuente.


Contémplala es muy bella. Fayad Jamis

Contémplala: es muy bella, su risa golpea la costa,
toda de iras y espumas. 
Pero no intentes decirle lo que piensas. 
Ella está en otro mundo
(tú no eres más que un extranjero de sus ojos,
de su edad)
Dile, en todo caso, que te gustan sardinas fritas,
sobre todo una tarde en que llueve un inolvidable vino blanco. 
Háblale del hermoso fuego de tu patria.

Ella es clara y oscura como la lluvia en que reina su ciudad. 
Sus ojos se detienen en un punto movedizo
entre la estación del amor y un tiempo imprevisible.
Claro que a veces olvidas 
(por un instante, es cierto)
tu oficio de notario, y, como ser humano al fin,
te pones a hablar líricamente de política.

Lo mejor que puedes hacer es convencerte de que la poesía te completa, 
comprobar que has cruzado el lindero del horror y la angustia,
escribir que una tarde recorriste la bella ciudad empedrada
para encontrar lo que no podía ser el amor
sino el poco de sueño
que recuerda un gran sueño.




domingo, 24 de marzo de 2013

Lo que piensa un soldado

El soldado llora después de matar a un hombre
porque encuentra entre sus cosas la foto de familia
la carta de la esposa
calificaciones de los hijos
el desgastado escapulario que no salva
la trágica miseria compartida en las trincheras
sabe que está expuesto 

POEMA DE MARZO. Raúl Rivero. Cuba


Prométeme que irás
y que irás sola.
Prométeme que el sol
va a estar en la distancia
opaco por las nubes
y los árboles.
Júrame que estarás
muy cerca
confundida
entre un grupo de extraños
Sin levantar la vista
salvándome del íntimo
destino que me acoge.
Prométeme que al menos
al final
vas a estar
lo más cerca posible
de mis ojos cerrados.

sábado, 23 de marzo de 2013

Ríos de sangre me recorren

Cuando los ríos se juntan en su viaje al mar
arrastran consigo toda clase de cuestiones
pueden ser aguas turbulentas
o corrientes mansas que acarician al pasar orillas
Agua profunda y cristalina como vidrio de Bohemia
otros lentos y pesados llevan a enterrar deshechos
y se vuelven viejos antes de tiempo de tanto traficar
lo que el mundo no desea, ni sabe guardar
a esos encuentros de lodos, heces, arenas de construcción 
y penas que ve pasar 
algún animal muerto flotando a la deriva
hinchado 
a punto de explotar
tan parecido a la vida
que junta en causes desaciertos
bríos con instintos, belleza
con lo oscuro, su contraparte
alquimia de disensiones 
alimento de mil aguas que antes de llegar al mar
punza los huesos de la vida misma
y forma amén de verdes prados y arboles que alimenta
las tierras productivas con que baña
una manada de alegorías que se le escapa al que escribe
y solo atina a comparar su propia existencia
con esos ríos violentos
discretos
sean moros, o españoles
Donde la mano de Dios puso toda la amalgama 
para arrojar al mar 
sangre hecha de porciones tan diversas
como una alegoría de Babel 
que en su decursar al profundo cementerio de veriles
se lleva entre sus muchos afluentes lo que la gente no quiere
abandona o desprecia






Frente a ti

Después de ver la boca sin fuerzas
que ha quedado a merced del requiebro 
la furia al pasear la mirada en el mundo 
como el que pone tristeza tibia de su aliento
en el pobre cementerio de los ojos adornados de prisa
puesta a cabalgar sobre los miedos infinitos del camino
hambreados y difuntos de palabras 

Tan complejo el encomiable aspecto que al pasar parto y me detengo

entanto busco y no encuentro el destello que fue pasado y desprovisto
de todo aquello que se esconde a mi paso como si la vida me debiera 
cuando solo fue una noche de naufragio lo ofrecido 
un chispazo de locura 
algo dado a cambio de otro tanto 
que envuelve zigzagueante la trinchera donde mueren los dolores 
sombra de hileras verdes al calor del mediodía
para olvidar lo poco que disfraza el esqueleto 
al enfrentarse a  la conciencia 
cuando pide cuentas




miércoles, 20 de marzo de 2013

Frustrado

Desandar tropiezos 
abofetear  la noche como si esta fuera
el enemigo a vencer
Bien calculado el servil entorno al que se enfrenta
Los ojos traducen de la misma forma
lo que la experiencia aprehende
Es cosa de los instintos 
el vértigo de los impulsos hacia el barranco



martes, 19 de marzo de 2013

Oda a Salvador Dalí. Federico García Lorca. España.



Una rosa en el alto jardín que tu deseas.
Una rueda en la pura sintaxis del acero.
Desnuda la montaña de niebla impresionista.
Los grises oteando sus balaustradas últimas.

Los pintores modernos, en sus blancos estudios
cortan la flor aséptica de la raíz cuadrada.
En las aguas del Sena un iceberg de mármol
enfría las ventanas y disipa las yedras.

El hombre pisa fuerte las calles enlosadas.
Los cristales esquivan la magia del reflejo.
El Gobierno ha cerrado las tiendas de perfume.
La máquina eterniza sus compases binarios.

Una ausencia de bosques, biombos y entrecejos
yerra por los tejados de las casas antiguas.
El aire pulimenta su prisma sobre el mar
y el horizonte sube como un gran acueducto.

Marineros que ignoran el vino y la penumbra,
decapitan sirenas en los mares de plomo.
La Noche, negra estatua de la prudencia, tiene
el espejo redondo de la luna en su mano.

Un deseo de formas y límites nos gana.
Viene el hombre que mira con el metro amarillo.
Venus es una blanca naturaleza muerta
y los coleccionistas de mariposas huyen.
*
Cadaqués, en el fiel del agua y la colina,
eleva escalinatas y oculta caracolas.
Las flautas de madera pacifican el aire.
Un viejo dios silvestre da frutas a los niños.

Sus pescadores duermen, sin ensueño, en la arena.
En alta mar les sirve de brújula una rosa.
El horizonte virgen de pañuelos heridos
junta los grandes vidrios del pez y de la luna.

Una dura corona de blancos bergantines
ciñe frentes amargas y cabellos de arena.
Las sirenas convencen, pero no sugestionan,
y salen si mostramos un vaso de agua dulce.
*
¡Oh Salvador Dalí, de voz aceitunada!
No elogio tu imperfecto pincel adolescente
ni tu color que ronda la color de tu tiempo,
pero alabo tus ansias de eterno limitado.

Alma higiénica, vives sobre mármoles nuevos.
Huyes la oscura selva de formas increíbles.
Tu fantasía llega donde llegan tus manos,
y gozas el soneto del mar en tu ventana.

El mundo tiene sordas penumbras y desorden,
en los primeros términos que el humano frecuenta.
Pero ya las estrellas ocultando paisajes,
señalan el esquema perfecto de sus órbitas.

La corriente del tiempo se remansa y ordena
en las formas numéricas de un siglo y otro siglo.
Y la Muerte vencida se refugia temblando
en el círculo estrecho del minuto presente.

Al coger tu paleta, con un tiro en un ala,
pides la luz que anima la copa del olivo.
Ancha luz de Minerva, constructora de andamios,
donde no cabe el sueño ni su flora inexacta.

Pides la luz antigua que se queda en la frente,
sin bajar a la boca ni al corazón del hombre.
Luz que temen las vides entrañables de Baco
y la fuerza sin orden que lleva el agua curva.

Haces bien en poner banderines de aviso,
en el límite oscuro que relumbra de noche.
Como pintor no quieres que te ablande la forma
el algodón cambiante de una nube imprevista.

El pez en la pecera y el pájaro en la jaula.
No quieres inventarlos en el mar o en el viento.
Estilizas o copias después de haber mirado
con honestas pupilas sus cuerpecillos ágiles.

Amas una materia definida y exacta
donde el hongo no pueda poner su campamento.
Amas la arquitectura que construye en lo ausente
y admites la bandera como una simple broma.

Dice el compás de acero su corto verso elástico.
Desconocidas islas desmienten ya la esfera.
Dice la línea recta su vertical esfuerzo
y los sabios cristales cantan sus geometrías.
*
Pero también la rosa del jardín donde vives.
¡Siempre la rosa, siempre, norte y sur de nosotros!
Tranquila y concentrada como una estatua ciega,
ignorante de esfuerzos soterrados que causa.

Rosa pura que limpia de artificios y croquis
y nos abre las alas tenues de la sonrisa.
(Mariposa clavada que medita su vuelo.)
Rosa del equilibrio sin dolores buscados.
¡Siempre la rosa!
*
¡Oh Salvador Dalí de voz aceitunada!
Digo lo que me dicen tu persona y tus cuadros.
No alabo tu imperfecto pincel adolescente,
pero canto la firme dirección de tus flechas.

Canto tu bello esfuerzo de luces catalanas,
tu amor a lo que tiene explicación posible.
Canto tu corazón astronómico y tierno,
de baraja francesa y sin ninguna herida.

Canto el ansia de estatua que persigues sin tregua
el miedo a la emoción que te aguarda en la calle.
Canto la sirenita de la mar que te canta
montada en bicicleta de corales y conchas.

Pero ante todo canto un común pensamiento
que nos une en las horas oscuras y doradas.
No es el Arte la luz que nos ciega los ojos.
Es primero el amor, la amistad o la esgrima.

Es primero que el cuadro que paciente dibuja
sel seno de Teresa, la de cutis insomne,
el apretado bucle de Matilde la ingrata,
nuestra amistad pintada como un juego de oca.

Huellas dactilográficas de sangre sobre el oro,
rayen el corazón de Cataluña eterna.
Estrellas como puños sin halcón te relumbren,
mientras que tu pintura y tu vida florecen.

No mires la clepsidra con alas membranosas,
ni la dura guadaña de las alegorías.
Viste y desnuda siempre tu pincel en el aire,
frente a la mar poblada con barcos y marinos.

jueves, 14 de marzo de 2013

Estaré.

Estaré de algún modo
en los aplausos
el viento
las palabras dichas
en la música de olas que huelen a madera y vino
estaré posiblemente en la memoria de los idos
dónde el viento se conjuga con el valle
en la siempre fresca razón de los sentidos
más allá de lo  imposible
porque quiero y eso basta
para dar al traste a las distancias
y dejar volar las aves prisioneras
al batiente verdor de los palmares
de seguro entre las manos
del que ama
del amigo
del que espera.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Felices los normales. Roberto Fernández Retamar. Cuba



Felices los normales, esos seres extraños,
Los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho, un hijo delincuente,
Una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida,
Los que no han sido calcinados por un amor devorante,
Los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa y un poco más,
Los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,
Los satisfechos, los gordos, los lindos,
Los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,
Los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura,
Los flautistas acompañados por ratones,
Los vendedores y sus compradores,
Los caballeros ligeramente sobrehumanos,
Los hombres vestidos de truenos y las mujeres de relámpagos,
Los delicados, los sensatos, los finos,
Los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles.
Felices las aves, el estiércol, las piedras.

Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,
Las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan
Y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos
Que sus padres y más delincuentes que sus hijos
Y más devorados por amores calcinantes.
Que les dejen su sitio en el infierno, y basta.

Las Disquisiciones y los Señoríos. De la plaquette " Revolución qué has hecho con la patria.


En afrenta y oprobios sumidos fui criado
en el culto oneroso de tiranos
a la siniestra del todopoderoso imperio de los empobrecidos
para servir de miedo al engranaje

Puse todo mi empeño en procurarme un lugar
para soñar donde nadie pudiera estar presente
Incluso en medio de la plaza rodeado de la plebe combatiente
un poco de abstracción contaba entonces

Por dentro la paz sin ser total dejaba espacios donde caminar a gusto
afuera el caos se confundía con el orden habitual de los relajos
se daban la mano los que no sabían ni esperaban nada
al día siguiente, con los promotores de la ruina
que tampoco imaginaban la locura
pero accedían al destrozo en nombre de consignas
que nunca fueron ni remotamente cumplidas

Así forje con entusiasmo  un mundo paralelo al mundo externo
sin piruetas, maquillaje y acomodo
sin pisar a nadie en la escalera que mediocres
usaban para alcanzar el cielo raso de una gloria
por demás efímera y compleja donde más valía no figurar
que llamar de todos la atención

Las palabras cotidianas fueron pronto desdeñadas  por decreto
y surgió un idioma nuevo en función de nuevos intereses
se le dio fachada de comunidad y bienestar de todos y con todos
Prometiendo más allá del cielo, cuando los pensantes saben
que prometer nunca empobrece

Sin embargo nunca la lengua ha sido de fiar
se desboca a la menor provocación y no sabe ni pedir disculpas
ni resolver los destrozos que hace cuando no se mide en su función
tan cercana del cerebro en relación a los pies que se sumergen

La distancia acaba por hacer visible tanto errores como aciertos
pone en su lugar las intenciones
sin embargo solo resultados valen al hacer el recuento de los tiempos
y esos, sin que quepa la menor duda, dejan desnudas las ideas 
las disquisiciones y los señoríos. 






martes, 12 de marzo de 2013

Mi Azul 75



                                                                          Entre Las Vegas y Ontario, California.



Sin tiempo para soñar 
la furia azul  posa la vista en Ontario 
deshace la intermitencia de las líneas blancas
Tres Mosqueteros
y la música de Hector Lavoe
vida de trashumante en función de un mal destino
El jaquet de corredor y los zapatos de cuero brasileño
en  noche grata que se vuelve  infierno

Era mi sedán De Ville con el tanque lleno
y la conciencia vacía
Ella lo sabía
más la buena vida dictaba

Ocho cilindros rugen por el desierto
la ciudad del juego  queda detrás
La cuatro cabezas zigzaguea en el asfalto
Los besos de dinero se olvidan pronto
cuando la desgracia pone distancia definitiva
Cada inercia deja gritos en la tierra
donde el río que me lleva se desnuda
hacia un foso interminable de recuerdos
voy cayendo y me sostengo de tu cuerpo que se aleja
de tus labios que se desdibujan
invisibles mordidas de metal contra la orilla
sin querer el alma se ha manchado
entre tanto la mirada ida
descubre en un recodo lo que espera
una franja de luz lanza el aviso
se desangra la visión ante la arena
de mil playas que chocan con la costa
y a lo lejos por primera vez
tus ojos se abren a los míos
serenos diques del atardecer
infinitos mundos que se entregan
Lado a lado del camino las chispas incendian
la tarde fuego que acaricia la cinta
Pienso en los quejidos del Tritón sobre la arena
los pasillos aún oliendo a fresco
la brisa que traspasa los vidrios 
el aire acondicionado me relaja
Y siempre tú pedazo de tierra florecida
en algún lado del mundo de arenas que sortea 
la nave errante del pirata
esquivo los tres metros de olas sobre el  muro
de un malecón a prueba de distancias
entre una boca reseca y unos ojos que se nublan
Dos cuchillos de sangre van dejando herida la carretera













lunes, 11 de marzo de 2013

Atreverse. Rolando Escardó.

Que se levante alguno
y diga y haga
o lance la primera piedra.
Que se levante alguno entre vosotros
que se atreva a levantarse
somos los hombres coronados de muerte
precipitándose en el vacío
Que se levante un hombre entre nosotros
un hombre contra el mundo
par el mundo.
Tan solo un hombre mire al sol y no se quede ciego...

miércoles, 6 de marzo de 2013

Poema de Amor. Jorg Fauser. Alemania



Cuando nos queríamos
no nos queríamos a nosotros mismos.
Cuando declaramos la guerra
ya nos habíamos dado por vencidos.
Cuando estuvimos derrotados
esforzamos la historia.
Cuando estuvimos solos,
lo acallamos con música.
Cuando nos separamos
permanecimos en el mismo lugar.
Así acabamos pronto otra vez en los brazos del otro
y llamamos a eso un poema de amor,
pero ningún poema nos explica
el miedo al amor
ni por qué el cielo era tan azul
cuando nos encontramos,
ni por qué seguirá siendo tan azul
cuando muramos
tú para ti
yo para mí.

lunes, 4 de marzo de 2013

Soneto de las vocales. Arthur Rimbaud. Francia.



A negra, E blanca, I roja, U verde, O azul: vocales,
algún día diré vuestro origen secreto;
A, negro corsé velludo de moscas relucientes
que se agitan en torno de fetideces crueles,
golfos de sombra; E, candor de nieblas y de tiendas,
lanzas de glaciar fiero, reyes blancos, escalofríos de umbelas;
I, púrpura, sangre, esputo, reír de labios bellos
en cóleras terribles o embriagueces sensuales;
U, ciclos, vibraciones divinas de los mares verduscos,
paz de campo sembrado de animales, paz de arrugas
que la alquimia imprimió en las frentes profundas;
O, supremo clarín de estridencias extrañas,
silencio atravesado de Ángeles y de Mundos;
O, la Omega, el reflejo violeta de sus Ojos.


Foto : Pintor Claude-Henri Bartoli. Lugar: Casa José Othón. Expo. Variaciones Plásticas sobre El Poema Vocales. 1ro. Marzo 2013.

viernes, 1 de marzo de 2013

Öscar Wong. El Secreto del Verso. Por Jade Castellanos.


Óscar Wong, El Secreto del Verso

Aún recuerdo, como si fuera ayer, aquél día en que inicié mi curso de poesía con el Maestro Óscar Wong. Fue muy dinámico, vivencial y gratificante. En él, nos pidió como libro de apoyo esta joya que hoy, a varios años de distancia, presento con gusto: El Secreto del Verso. Manual para la enseñanza-aprendizaje en los talleres de creación poética.
            De la mano de este libro, realizamos infinidad de ejercicios. Por cierto, me parece muy atinado el sutil cambio en el subtítulo del texto. De manual de apreciación a manual de creación poética.
            Ciertamente, es difícil ser maestro, no sólo es una profesión; es una vocación, un llamado para la docencia. Ser maestro de creación poética, ¿cómo se enseña eso? ¿Se puede lograr que el alumno no sólo disfrute la poesía, sino que además sea capaz de producir sus propias obras?
            Muy en la onda del constructivismo, Óscar Wong apuesta por convertirse en un facilitador del conocimiento, en un guía cuya labor titánica ha rendido frutos en los talleres de poesía.
            El libro, compuesto por 11 capítulos, aborda diversas temáticas, desde la misión de talleres y talleristas, hasta un apéndice antológico extenso y profundo que nos permite conocer, aunque sea someramente, una serie de autores vitales por su calidad poética.
            El Secreto del Verso está destinado a convertirse en un clásico en lo que a textos de enseñanza de poesía concierne. Su lenguaje es franco, atinado y accesible, además, permite conocer los principales conceptos del género; encontramos verso clásico, blanco y libre, cuestiones de métrica, ritmo y rima, diversos recursos estilísticos, ejemplos y explicaciones, entre otros.
            Recuerdo que en nuestras clases siempre decía que Adán había sido un poeta en tanto que nombró al mundo. Esta labor sui géneris se repite en cada poeta que bautiza su entorno desde su particular interpretación del mismo. Ya lo dijo Vicente Huidobro, el poeta es un pequeño dios. Es un pequeño dios que crea y transfigura la palabra desde su nada ingenuo oficio. El poeta es testigo de su tiempo, vidente que rememora el tiempo pasado y se lanza al futuro en una suerte de prolepsis lírica. No será sin valor el testimonio del poeta; al contrario, queda su huella en cada época de la historia.
            Por tal razón, un libro como El Secreto del Verso, resulta imprescindible en una generación que, según Gilles Lipovetsky, está emparentada con Narciso. En efecto, cada generación, en su opinión, se caracteriza por la similitud con algún mito. Actualmente, Narciso nos invade. Cito: “El narcisismo designa el surgimiento de un perfil inédito del individuo en sus relaciones con él mismo y su cuerpo, con los demás, el mundo y el tiempo, en el momento en que el capitalismo autoritario cede el paso a un capitalismo hedonista y permisivo (…) se extiende un individualismo puro, desprovisto de los últimos valores sociales y morales”. (Lipovetsky, 2005, 50) Es precisamente en este contexto que inaugura la posmodernidad (Íbid), que llega un libro con temática etérea y cuya génesis, en su sentido original, nos habla del origen: el Verbo, la voz capaz de crear y re-crear el mundo.
            La poesía, tal como la definió Wong miles de veces en sus clases, “el espacio sonoro entre dos silencios”. Aquello que da sentido al mundo. A eso está dedicado a este libro.
            Considero que, como manual, el libro cumple en cuanto a estructura y contenido, sus propósitos y objetivos están bien delimitados. En base al sistema ADDIE (por sus siglas: Análisis, Diseño, Desarrollo, Implementación y Evaluación) observo que Óscar Wong planificó realmente esta obra, la diseñó tras reflexionar hondamente, y eso, aunado a su vasta experiencia, le permitieron desarrollar con éxito en sus talleres lo que plantea en el libro. La implementación la lleva a cabo constantemente en sus talleres, en donde la evaluación puede efectuarse mediante los poemas escritos por los talleristas. Es posible adaptar el modelo que Wong propone.
            Por otra parte, es importante destacar el narrador del texto; Óscar Wong funge como maestro cada página, no permite que decaiga en ningún momento la intensidad y la secuencia, de manera que esta obra se lee acompañado, sí, por el vate o druida en que se yergue el poeta chiapaneco. En torno a esto, se dice que no hay distancia entre autor y lector. Según Tzvetan Todorov, “esta dependencia confirma la ley semiológica general según la cual “yo” y “tú”, el emisor y el receptor de un enunciado, aparecen siempre juntos. (Todorov, 2002, 191) Nunca más cierto que en El secreto del verso, donde gracias al poder discursivo, es posible sentir cerca a Óscar Wong, como un maestro que nos alecciona o motiva; su apoyo es siempre constructivo y creativo. Por todas estas virtudes, sé que esta obra auxiliará a muchos aspirantes a disfrutar y crear poesía.
            Para finalizar, este texto nos permite conocer lineamientos, bases, normas de la buena poesía, pero más allá de eso, su existencia se agradece porque nos permite aspirar a alturas grandiosas, saborearlas y sentirlas. Decía Roland Barthes que “leer realmente es, pues, entrar en connotación”. (Barthes, 86) Desde esa apertura y perspectiva, es que yo los invito a disfrutar este libro, pues nos acerca al conocimiento y creación poética, pero ante todo, abre sus puertas a un imaginario único y portentoso, que es la voz de los autores iluminando el silencio.
Jade Castellanos
26/ febrero/ 2013