martes, 2 de agosto de 2011

Habitar la memoria



Que tu voz me deje
descifrar  entornos
recordar calles sin rostro
las ventanas abiertas
los altos puntales
En sutil musitar cansado
pasear por las estrechas aceras
escuchar ladridos de perros
algún canario en el balcón
esa mirada neutra que baja por la pared
saberla pegada a mi espalda
inquieta revisar mis gestos
soltarme al doblar la esquina
y otra más o menos agresiva
incrustarse en mi nuca
sentir además el calor
los fantasmas salirme al paso
con sus chistes de antaño
dueños de la vida 
en la memoria de otros

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