domingo, 12 de mayo de 2013

Una escena costumbrista

Tenían la lengua mordida por mil errores
amargada de ahínco tumefacta 
se remonta todo hasta la infancia
donde diversas opiniones modifican
la hora del postre, el café después de los almuerzos
el perro muerto de una visita no esperada

Cabe suponer que las conversaciones 
sustanciosas se daban entre platos y sartenes 
la limpieza de unos pocos frijoles
en la mesa de pino sin pulir 
sentadas en viejos taburetes
viendo caer las penas como piedras 
y enjugar los ojos trapos de cocina

Entre esas cosas de novela citadina
miraba indiscreto las piernas del pecado
que obcecadas por engaños y cuestiones
no tienen tiempo de juntar a lo furtivo

En las tardes veraniegas 
el clima desata las más locas discusiones
entre borra de café celos ardores
consumidas al calor del tiempo
a la espera de la vuelta del trabajo de hombres y mujeres
de la escuela superior o las empresas

Los puntales de las casas de La Habana
altos a ex-profeso como iglesias de mal tino
se descubren hacía afuera en los pasillos
entre plantas y flores todo el año

Hacía allí me iba con mis juegos 
para no ser objeto de regaños
hasta donde estaba casi siempre me seguía
el hilo lastimero de las quejas
de algún amor no correspondido
atrapado entre brazos enemigos
por senderos de mucho desconcierto
todos contra todos en más de un sentido
y a callar los niños que no son conversaciones
para ellos

Sin saber de sudores y de engaños cuerpos
al desnudo se encontraban en imágenes
formadas por la mente
entre ires y venires de comedia
entreacto de un teatro bufo
con platea al otro lado de la puerta
y los labios que diciendo se contienen
muerden y blasfeman la discordia

Que por tal razón la vieron
de este modo tan coqueta
o callada atravesar la última calle
rumbo a no sé donde
a encontrarse con el tipo de la otra
o la otra con la blusa remangada 
agarrarse con alguna que pasaba

La boca guarda la lengua mancillante
la atrapa en simbólico desquicio
presume mirar la lejana puerta llena de recuerdos
y ríe igual que antes lo hiciera

Los años se han perdido
entre puntales altos de la vieja arquitectura 
y en la noche de la vida
recalientan un café de hace tres días
y esperan las viejas amigas dormitando 
que la última se vaya para cerrar la puerta


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