El niño muerto junto al contén y el río grana
la paloma asustada sobrevuela
marca la angustia en cien miradas
sin querer decir en las noticias
Al buscar la paz se esconde
la otra mitad del mundo
esa que pone la carne junto a los instintos
que salta en la sepultura
y llora mientras remienda heridas
la que frenética expone la terquedad
y olvida o no sabe distender el ceño
acaso la morada marca del hoyo
que pone por sello la vida
ante los tiempos que pasan
y en los aleros de barro
posan los zopilotes
Saben las madres que han parido vida
para entregar a un mundo decadente
La muerte y la sangre
en la orilla de la calle
clama
grita
desangra la mirada que dormita
rumbo al sol desconocido
por el efecto turbio de una bala
que no tuvo más destino que la infancia
Acaso se piensa en ello
En la ciudad de la guerra
a quién le importa un muerto más
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