lunes, 13 de junio de 2011

A mano

Safo no odia a los hombres
cree sentirse tan completa
que ignora el equilibrio y lo desprecia
acaso es cuestionable buscar la libertad
como si una palabra de gracias no bastara para saldar la cuenta
En qué claustro se volvió vileza
el decano mundo de soslayo y mueca
de que falsas sutilezas
entre máscaras gastadas vieja bruma
No en balde se agazapa la tormenta en las manos que se ofrecen
Sin comprender se entrega al mundo lo que brota
y sin mediar pago ni precio
se otorga  lo heredado
Que enseñar es cubrir la añeja deuda
y dejar crecer lo construido
es quizás  en  verdad
el mejor pago

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