sábado, 13 de agosto de 2011

El sueño de un dictador



Si entramado de porfías
el corazón puse en senda errada
al final del tiempo destinado
no me llevo desconsuelo
si no pírricas victorias
Porque no me es dado el desacierto
ni un ápice discreto de perdón

Así todo proyecto que la vida
hizo en mi senda aparecer
por egoísta dije sí y después lo destruí

Aunque del sueño aquel
que en mi coto de poder estuvo
no quede el mas mínimo recuerdo
sigo terco enumerando pasadas glorias
donde solo quedan las migajas

Detrás viene un juvenil reclamo
que escucha de logros fantaseados
y cuestiona las jugadas que impidieron
repartir por igual a todos de esa gloria

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