Actividad que por ser oficial tiene una alta densidad protocolaria y goza de los discursos rimbombantes que engrosan el olvido.
Pero que no pueden ser eludidos y donde los dignos miembros del estrado se esfuerzan por ofrecer sus mejores palabras y poses.
Que falsos lucen los parlamentos leídos. En lo personal prefiero algo breve y sencillo , pero dicho con el amor que el corazón sabe expresar cuando las cosas son necesarias y acusan emociones sinceras.
Estoy seguro que a más de uno de los invitados les lleno de regocijo el rutilante despliegue. Amantes de los protocolos y los procedimientos añejos.
Quiero felicitar al escritor Armando Gutíerrez, me hubiera gustado que en lugar de discursos se hubiera leído algo de su obra.
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