miércoles, 27 de abril de 2011

La Cultura de lo fácil. Tomado de la página alerusan.blogspot.com España





El otro día, comiendo con unas personas, alguien comentó que una conocida (no mía, sino de las personas que comían conmigo) se había quedado embarazada. Parecía una buena noticia. Estoy acostumbrado a entender los embarazos como buenas noticias. Sin embargo, la susodicha tenía 18 años, y no parecía hacerle mucha gracia su estado de buena esperanza. Al novio sí. Y a uno de los presentes en la comida no. "Que no lo tenga", fue su comentario. Con toda la naturalidad del mundo. Como el que dice, "me ha salido una espinilla de pus, y me la voy a reventar". Así de sencillo, así de claro, así de rápido: "que no lo tenga". Al fin y al cabo, es lo fácil, ¿no? Me lo paso bien follando con mi novio, y si luego "ocurre" algo, ya lo "solucionaremos". ¿Qué más da? El caso es pasarlo bien.

Y es que vivimos inmersos en la cultura de lo fácil. Se empieza por cosas sin aparente importancia, y se llega a banalizar todo. No hay más que ver un rato los anuncios de la TV. ¿Tiene usted pesadez de estómago después de una pantagruélica comida? No importa, aquí tiene este producto, esta pastilla, que se lo soluciona. Pero... ¿no sería mejor comer un poco menos? No, eso requiere dominio de sí. Mejor dejarse llevar, y después "solucionarlo" con una pastillita.
¿Ha bebido usted demasiado la noche anterior, y ahora no para de devolver y la cabeza le da vueltas? Pastillita. ¿Tiene usted poco pecho y se siente acomplejada? Tetas de plastico. ¿Está usted demasiado gordo, tiene problemas de tensión y de colesterol? ¡Para que va a hacer usted ejercicio! No, por Dios, que eso cansa mucho. Mejor tómese estas pastillitas.

Y así con todos los órdenes de la vida. No hay que hacer nada que requiera un mínimo esfuerzo y cierto dominio de uno mismo. ¿Para qué esforzarse, si se puede triunfar sin dar un palo al agua? Pero al final, tenemos las consecuencias: una sociedad blandiblú, una sociedad comodona que sólo reacciona cuando le tocan el bolsillo, una sociedad que asesina a sus hijos antes de nacer y pretende matar a sus mayores y a sus enfermos porque dan demasiado trabajo, una sociedad que fomenta todo aquello de lo que después se escandaliza. Una sociedad enferma terminal, inmersa en una brutal crisis de valores y de identidad que no sabe a dónde va. Así terminó el Imperio Romano, y a esa misma decadencia nos dirigimos en Occidente a pasos agigantados. ¿Se ha quedado embarazada? Pues que aborte...




tomado de la página española   http://alerusan.blogspot.com

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