Cuando nos queríamos
no nos queríamos a nosotros mismos.
no nos queríamos a nosotros mismos.
Cuando declaramos la guerra
ya nos habíamos dado por vencidos.
ya nos habíamos dado por vencidos.
Cuando estuvimos derrotados
esforzamos la historia.
esforzamos la historia.
Cuando estuvimos solos,
lo acallamos con música.
lo acallamos con música.
Cuando nos separamos
permanecimos en el mismo lugar.
permanecimos en el mismo lugar.
Así acabamos pronto otra vez en los brazos del otro
y llamamos a eso un poema de amor,
y llamamos a eso un poema de amor,
pero ningún poema nos explica
el miedo al amor
el miedo al amor
ni por qué el cielo era tan azul
cuando nos encontramos,
cuando nos encontramos,
ni por qué seguirá siendo tan azul
cuando muramos
cuando muramos
tú para ti
yo para mí.
yo para mí.
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