En afrenta y oprobios sumidos fui criado
en el culto oneroso de tiranos
a la siniestra del todopoderoso imperio de los empobrecidos
para servir de miedo al engranaje
Puse todo mi empeño en procurarme un lugar
para soñar donde nadie pudiera estar presente
Incluso en medio de la plaza rodeado de la plebe combatiente
un poco de abstracción contaba entonces
Por dentro la paz sin ser total dejaba espacios donde caminar
a gusto
afuera el caos se confundía con el orden habitual de los relajos
se daban la mano los que no sabían ni esperaban nada
al día siguiente, con los promotores de la ruina
que tampoco imaginaban la locura
pero accedían al destrozo en nombre de consignas
que nunca fueron ni remotamente cumplidas
Así forje con entusiasmo un mundo paralelo al mundo externo
sin piruetas, maquillaje y acomodo
sin pisar a nadie en la escalera que mediocres
usaban para alcanzar el cielo raso de una gloria
por demás efímera y compleja donde más valía no figurar
que llamar de todos la atención
Las palabras cotidianas fueron pronto desdeñadas por decreto
y surgió un idioma nuevo en función de nuevos intereses
se le dio fachada de comunidad y bienestar de todos y con
todos
Prometiendo más allá del cielo, cuando los pensantes saben
que prometer nunca empobrece
Sin embargo nunca la lengua ha sido de fiar
se desboca a la menor provocación y no sabe ni pedir
disculpas
ni resolver los destrozos que hace cuando no se mide en su
función
tan cercana del cerebro en relación a los pies que se sumergen
La distancia acaba por hacer visible tanto errores como
aciertos
pone en su lugar las intenciones
sin embargo solo resultados valen al hacer el recuento de los
tiempos
y esos, sin que quepa la menor duda, dejan desnudas las ideas
las disquisiciones y los señoríos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario