Pienso en ti cuando llega la tarde
con esa obsesión catapultada
prisionera tal vez de algún sueño
separador en las hojas del libro tan leído
donde la huella en la tasa del café
quedo prisionera en mundo de psiquis inconfesa
a merced de quién sabe cuanto trauma
reflejo en opaca memoria
barco de papel naufrago en medio del desierto
Sé que estás, eso si, en laberínticos cuentos a la hora de dormir
escondida detrás de tanta pena adquirida
besos que buscan acomodo tardío
reclamo de ausente compromiso
todo aquello que debió morir a su antojo
y persiste
convertiendo en casa de Antigüedades la que debió ser mi vida
1 comentario:
hay situaciones que nos persiguen
aun morir muriendo
nos haogan y nos condenan...
dejarlos salir como sea
es bueno...si lo es
para encontrar un halo de paz en los siguientes pasos...
un abrazo grande!
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