La pirámide tiene cuatro escaleras hacía la cúspide, y cada una tiene 91 escalones, más uno, que representan en total los días del calendario maya
A Yucatán tierra queridísima!
sembrada en todas las arenas
La pálida encomienda del bisoño
entabla la última partida de la esfera
acomoda un surtidor de luces
que pinta de matices el sueño del profeta
testimonio del mosaico destinado a lo divino
escudriña paciente los letargos
donde viajan tantos mundos en la hoja
Clama a la luna en la gota de agua reflejada
himno de palabras desconocidas
no por ello la intención desmaya
se hace eco que lo marca
entre manos secas y rostros perdidos
La risa natural de los infantes
deja un sabor incierto
para un futuro que se ve cercano
Sentado en la silla del que manda
la vista perdida en la leyenda
hace destellar las plumas de quetzal
mecidas por el viento
La piedra puesta ante el mundo
barre imaginariamente el aire
todo el legado del sueño desbordado
convierte los días en peldaños
Mítica sierpe que aparece
para besar la tierra
El polvo en la fina tela del ocaso
augurio de horizonte nuevo
hace que se levante del campo
la majestuosa belleza
Besa la frente de la niña
al ponerle corola de princesa
Bebe el poeta té de chaya
al borde del cenote
donde duermen las doncellas
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