Al nacer encierra la visión desnuda
que ahuyenta sobre un penetrar oscuro
el mundo que de siluetas trenza
Sobre el cuadro se admira
la ingenua figura
El silencio de cristal reclama la atención
de todos
En lo profundo de sus ojos
la luz lo acaricia
Melodiosa oprime el pecho
se desborda al fin el trazo
que al niño proyecta
en un mundo de cuestiones
llenandole de vida
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