Esperaba tu vuelta. Desde el fondo del pasillo el viento silba contra el vidrio de las ventanas, los arboles se mecen presurosos, tu figura dibuja el ritmo de un recuerdo atesorado. Justo en esa instante el vidrio se quebró, la piedra fue a dar contra la escultura de Chiong y se detuvo tranquila al lado de la mesita del teléfono.
Entre el ruido , el vidrio y el correr de la piedra, no me percate de tu llegada , ni de la playera pequeña que traías y las botas cañeras con calcetines. Un olor de jazmines viene del jardín, se cuela por el hoyo del vidrio. Discreta te sientas en una esquina del sofá y ves callada como recojo del piso los pedazos de vidrio tratando de no cortarme.
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