de una vida de inercias
Se desmaya la huida del último sediento
de la barra cae al vacío en su tiniebla
Ella espera un hijo de algún modo
sin ritmo, ni rima
la métrica justa para acomodar sus labios
al pezón moreno
Desafía probar una vez más la distancia
los amores de lejos extraños cataclismos
son la culpa del tiempo que se agota
mañana cuando llegue el día, sobre la cama
La montaña ha de perforar la estancia
hasta encontrar respuestas
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