Me debo los olvidos
de noches que no sanan
Heridas que supuran
tempestad
miradas que persigue el tiempo
Madrugadas que unen tarde y nuevo amanecer
cargado de preguntas sin hallar salidas
ser perdonado, perdonar
vanos intentos de empezar de cero
Me debo tus labios
donde las curiosas preguntas
se extravían
Confesión de amores que tal vez no cuajan
por el sabio consejo no ofrecido
o la rueda fortuna que no siempre favorece
Repleto de ilusión compartir viajes
a mundos surrealistas
en desvelos que se mofan del sueño
junto a grillos de suave versar
Recorro la calle colmada de historias
última dueña de mi juventud
refugio de años que forja
la prisa de-vida que alimenta mi ego
Este andar desmembrado
no lo aquieta la boca que me sabe anudar
ni la brisa del mar desbocado en mi pecho
amante vencido por la paz que no llega
Me debo todo lo que he pagado
para sentir que ofrezco lo que deseo dar
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