Es la piedra en lápida esculpida
el sumo deseo del que duerme
tan lejos del rosario inexplicable de lo suyo
cerca la vertiente ajena y reposada
del sufriente quehacer de la batalla
Suave estival de la piel nívea
junto al peregrinar de los sectarios
un merecido homenaje de las letras
se amontona y seducen a la muerte
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