Cada día vienes de algún lugar distante
cubierta de imágenes que me impiden seguirte
sorteas los pasos del sueño y te adentras al fondo
Protege la entrada ese mar que descubro lleno de azules
al mundo que anuncia
estrellas vacías y se oculta a los ojos del que intenta
contarlas
almas vagan en las hojas de cuentos a la orilla de la cama
Y ese fuego en las manos
Y los ojos sobre la estirpe de piel
que se entrega
sean olores de tierra mojada en el aire
deseando ser miedos y nada
temblor del cuerpo
que se acomoda al cuerpo
sediento, beber de las aguas y saltar al vacío
envuelto en sudarios que desbocan su impulso
Así lleva este mundo de arenas resto de estrellas a mi sueño
y me deja las ansias de una historia inconclusa
que el mañana envuelve en promesas o me dicta desde la agonía
su nueva epopeya
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