Estaré en la voz que persigue tus besos
besos húmedos y tibios
hechos de prisa por darse
acunados en los rincones oscuros de cada calle de pueblo
seca de luces
en las manos de los obreros
campesinos
con sus ropas de domingo
conquistando sueños
reflejado en el brillo cómplice del agua que corre
fino haz de la luna en tu deseo
Estaré en los suspiros inquietos
en todos escondido
mordiente a cuentas de atizar la hoguera
para poner a cocinar ideas
matizando instantes
dueño en un segundo del mundo alucinado
marino que se atreve en la angosta bahía
a desplegar la vela
Estaré alucinado en la risa del otoño venidero
junto a la canción de moda
y el eterno suspiro
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