Cansada de morir se volvió cetrina
quebrada puso su arrojo de antaño
al antojo del viento
durmió sobre todos mis libros
las hojas vírgenes que esperan la idea
la tasa del último café
el disco olvidado
los lentes
Dejó a un lado la semilla
sin fe ni motivo
fue lloro
trajo sus restos de muertos
sus llantos fundidos
la paz sobre el río
los trozos de estiércol
el recordatorio de lo que somos
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