Cuando se busca algo donde no esta
de poco vale oír silbar al viento
Acaecido en cualquier distante rumbo
atrapado en pedazos
sin darme cuenta
en los besos cansados de tu cuello
entre farallones de miradas codiciadas
al crepúsculo que socava mis días
perseguido en silencio
torturado por aquella llovizna
que persiste implacable en mi discurso
al confrontar el recodo
En la desnudes de tu llanura apocalíptica
aprendí a trasluz de la memoria
amarte poseída sin tener
el respeto sutil a los momentos
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