Ayer me vi comiendo a prisa lo que recogí de un bote de basura
me sentí infame y vulgar por no entender al mundo.
Fue un baño de apatía sobre un cuerpo que va de salida.
Ayer morí un poco arropado por indiferente riqueza.
recogí de la calle diez centavos con las manos sucias
Se fugan de sus órbitas enflacadas ante el plateado brillo de la
insignia, ojos nublados por el hambre
Apena tocar la puerta infranqueable de la buena vida
Qué voy a hacer con el actuar impune
Qué voy a hacer para empezar el día sin mirar al otro lado del
abismo
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