Tenían la lengua mordida por mil errores
amargada de ahínco tumefacta
se remonta todo hasta la infancia
donde diversas opiniones modifican
la hora del postre, el café después de los almuerzos
el perro muerto de una visita no esperada
Cabe suponer que las conversaciones
sustanciosas se daban entre platos y sartenes
la limpieza de unos pocos frijoles
en la mesa de pino sin pulir
sentadas en viejos taburetes
viendo caer las penas como piedras
y enjugar los ojos trapos de cocina
Entre esas cosas de novela citadina
miraba indiscreto las piernas del pecado
que obcecadas por engaños y cuestiones
no tienen tiempo de juntar a lo furtivo
En las tardes veraniegas
el clima desata las más locas discusiones
entre borra de café celos ardores
consumidas al calor del tiempo
a la espera de la vuelta del trabajo de hombres y mujeres
de la escuela superior o las empresas
Los puntales de las casas de La Habana
altos a ex-profeso como iglesias de mal tino
se descubren hacía afuera en los pasillos
entre plantas y flores todo el año
Hacía allí me iba con mis juegos
para no ser objeto de regaños
hasta donde estaba casi siempre me seguía
el hilo lastimero de las quejas
de algún amor no correspondido
atrapado entre brazos enemigos
por senderos de mucho desconcierto
todos contra todos en más de un sentido
y a callar los niños que no son conversaciones
para ellos
Sin saber de sudores y de engaños cuerpos
al desnudo se encontraban en imágenes
formadas por la mente
entre ires y venires de comedia
entreacto de un teatro bufo
con platea al otro lado de la puerta
y los labios que diciendo se contienen
muerden y blasfeman la discordia
Que por tal razón la vieron
de este modo tan coqueta
o callada atravesar la última calle
rumbo a no sé donde
a encontrarse con el tipo de la otra
o la otra con la blusa remangada
agarrarse con alguna que pasaba
La boca guarda la lengua mancillante
la atrapa en simbólico desquicio
presume mirar la lejana puerta llena de recuerdos
y ríe igual que antes lo hiciera
Los años se han perdido
entre puntales altos de la vieja arquitectura
y en la noche de la vida
recalientan un café de hace tres días
y esperan las viejas amigas dormitando
que la última se vaya para cerrar la puerta
No hay comentarios:
Publicar un comentario