Podrán matar la muerte misma
perdido el hilo que amarra la ternura
y al niño descalzo que la mala suerte
lleva de la mano, crece odiado y el odio
marca el alma como hierro al rojo blanco
Podrán matar sus días
ocultar bajo diez o doce noticias
el rostro maquillado de la apatía
cualquier banal secuencia de una novela
Podrán hacer maravillas con la mente
la ignorancia y el hambre
Cazaran al vuelo la debilidad
el punto débil
echar a rodar por un camino asfaltado
una bola sin sustento
entretener
Podrán inventar la más loca historia
podrán sin embargo, no pueden callar
la luz que suena en las calles
Convertido en semilla
lo que mató el odio
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