Nunca estuve en ese oscuro corredor que tú mencionas
ni te vi desnuda parada en la ventana pretextando el descubrir si aún llovía
o alguien desde el edificio contiguo propiciaba deseos en tu mundo intimo
Aquellos fueron otros días que se alimentaban solos
sin que las ideas prendieran ardores desconocidos
entre gestos sacados de libros prohibidos y esas cosas turbias
que arremeten contra las normas elementales
llegada la etapa en que la mente cuestiona todo y lo deshace
a la espera de hallar algún sentido que aplace la rutina
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