Por simple manía estruja la pluma lanza la primera frase
no hay en ella duda que ponga inquietud
De soslayo observa caras
inquiere despacio el gesto que escapa
la sala deshace el silencio de gozne fundido
a los asientos
De un salto la mano, herramienta escritural, tasa el meritorio momento escurre al ligero temblor
hunde la tarde en una página nueva
ante aquellos que dicen saber
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