No te quejes
a quién le importa tu pena
frota tus dedos para darles calor
mientras tu pensamiento vaga
por eso aunque lejos
nunca dejas de ver hacia el mar
Qué vida te dio la playa que no quieres confesar
o que amor quedo esperando un volver
que no se da
La sirena de la fuente
no se cansa de aguardar
Escucho el chasquido seco
que se forma entre la barca y la mar
entre la barca y la mar
entre la barca y la mar
En la primera avenida las casas
carcomidas de salitre
dejan expuestos ladrillos
los viejos se sientan a derrumbarse
como las casas
Pasan gritando hacia la playa los niños
chapotean en los charcos que se han formado
persiguen a los cangrejos
tiran muy lejos la ropa
y gritan de contento
como si el mundo no existiera
¿Y tu pena,
aún te aguarda?
no se aburre de esperar
andas de aquí para allá
da la impresión que compones el mundo
si ella supiera que tu medicina
tiene nombre de mujer
y lo encierra cuatro letras
que no se pueden mover
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