Dame la vida que la muerte niega
cae sobre mi cuerpo desnudo
sobre la cicatriz de los años
surco de vivencia ancestral
penetra cada poro
haz que al verte
lubrique mis deseos
cuencas de mirar profano
mis cielos olvidan tus pájaros
las plantas que sembraron tus manos
tus cabellos caídos en mi hombro
la sed de la montaña
el viento aullar sin destino
la tremenda seriedad de tu sonrisa
la partida inevitable
gota a gota de tu cuerpo
siembra todo
no pienses en cosecha que nace
date
siente
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