Madre todo ha cambiado
Heberto Padilla
He amanecido sin ti en el tiempo confuso de la tierra
mientras cruza la luz el asombro
infinito del miedo
Otra vez los de antes jugamos
a vestirnos de niños
Hoy cronos se asoma
en cascada de cosas que no encuentra su entorno
con el brío de ayer he salido a buscar
al vecino que desde la acera de enfrente saluda
amigos que pasan rumbo al campo
guantes raídos, pelota gastada
Desde el borde de años sonríe la mariposa
que vio desde mi jardín
unos tras otros los gritos
tirados de golpe contra las ventanas
No pueden olvidarse gestos, brazos
otro llanto que ocultan manos
El pasado enterrado a los pies de la Ceiba
besos entre hojas guardadas
noches previas a la temporada de playa
sin adivinar mañanas extrañamente heridas
El sobrio alegato del liberto que se despide
sin saber cuál es su destino
al cruzar el umbral de rejas
Aunque persista el deseo en la tarde que trae
los olores grabados
otro cielo se agota en nosotros
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