Sin ti en el tiempo

                                      Madre todo ha cambiado
                                                                   Heberto Padilla

He amanecido sin ti en el tiempo confuso de la tierra
mientras cruza la luz el asombro
                                   infinito del miedo 
Otra vez los de antes jugamos 
a vestirnos de niños
Hoy cronos se asoma 
en cascada de cosas que no encuentra su entorno
con el brío de ayer he salido a buscar
al vecino que desde la acera de enfrente saluda
amigos que pasan rumbo al campo
guantes raídos, pelota gastada
Desde el borde de años sonríe la mariposa
que vio desde mi jardín 
unos tras otros los gritos 
tirados de golpe contra las ventanas 
No pueden olvidarse gestos, brazos  
otro llanto que ocultan manos 
El pasado enterrado a los pies de la Ceiba
besos entre hojas guardadas
noches previas a la temporada de playa
sin adivinar mañanas extrañamente heridas
El sobrio alegato del liberto que se despide
sin saber cuál es su destino
al cruzar el umbral de rejas
Aunque persista el deseo en la tarde que trae
los olores grabados 
otro cielo se agota en nosotros 

En el hombre creo

Creo en la reconciliación

en el amor Creo

en la buena voluntad

el rayo de luz sin ambajes

Amo la dignidad sobre el mal

acabar de cuajo con la esclavitud del hombre

Creo en el amor que puede ser mancillado

pero al cabo abre los ojos

Por sobre odios la rosa blanca

foto propiedad de Angel Collado Ruíz, Cerro de San Pedro. SLP

La noche que calla

Silencio en la noche sin letras
tus labios recorren mi mente
dejan el mensaje del búho 
que duerme a la sombra del techo
Recuerdo de voz en penumbras
que canta boleros
el agua del mundo silente
ocaso de ruidos a la espera  
Callar rodeados de vida
aroma en ramas sencillas
Marca las horas
muere sin perdernos de vista
vuelca en nosotros
voz de tu cuerpo que escribe
frases que te identifican