Tanto quehacer enajena
viste despacio paredes sin alma
No viaja en vano, desde la amargura, el gesto dado
Desoye sirenas distrae al sueño
Vuelca en la vida dándose a luces que se olvidan
nutre historias donde el afán se adelgaza
Clamores desde la periferia
inclemente acuden al llamado
El corazón que solo sabe padecer
transporta el castigo por cada una de las venas
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