Para construir paciencia fui de un lado a otro del abismo
alce del barro la rosa seca después de tres días
calmé al perro que ladra a los paseantes
lo intimo desenfrenado con lo que no sabe dónde
Valiente conciencia espera en el baúl eterno
Aquellos besos que se dieron a pesar de todo
Entrega repetida que impone
un minuto de silencio por la garganta afónica
Acaso mayor profundidad de pozo ciego
donde al caer deshace misterios el tiempo
prisa del instinto a sabiendas
que no puede otorgar lazos el pasado
Tu en lo tuyo y desde lejos vista cabal del entredicho
yo tal vez armado de razones dando a luz
frases, que brotan en lenguaje distraído
al perderse indiscretas en la hoja
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