A mi casa le pasa lo que a los huesos de mi madre, se reduce más cada vez que la veo. Guillermo Goussen Padilla.
Cuando pasa pidiendo un beso
sueña saber la ciencia desconocida
blancos y negros saltan a la vista
en pentágramas del tiempo
en pentágramas del tiempo
Jamás recuerda frescor de risas sobre la cara
después fue tarde a media mañana
la mano se aleja y nadie logra asirle
viene la angustia de los mil sordos
a posar entendederas en otros asuntos
muere la vieja cascara de nuez
tormento para tantos
Juega la sombra con la pared
pone sobre el piso universo de imagenes
y sobre tan pocos soldados llenos de veneno
cada día un cañón nuevo
solo sirve de guarda con su prudente fisonomía
Entre las persianas filtra un quejido delator
un bandoneón que en tan pocos años
da la peor pelea en la madrugada
mientras dos mujeres se desvelan para tocarlo a un tiempo
viejo fuelle desquiciado
de tanto soñar con héroes
guerra y naufragios
guerra y naufragios
Se agazapa como un tirador
entre los escalones del susto
para ve caer a lo profundo
al que pone la trampa
al que pone la trampa
entre tanta mala racha
una habría de matarlo
La casa se ha vuelto chica
y casi no cabe en tal mundo
Entre las sombras que pasan
vive la persistente idea
vive la persistente idea
casa azul de Coyoacán.