Hay nombres cincelados en el marfil de la arena,
peces rayados deslizándose a través de mis dedos
como fantasmas húmedos y fríos entre el coral,
una luz cálida creciendo, un vértigo que persiste;
vadeo la sal y las olas cronometradas,
frente a las pérdidas que deben ser comprendidas,
remos crucificados en la orilla.
¿Por qué no somos nada sin esta tierra?
Fragmento tomado de Internet.
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