El cajón a la espalda, Roto, sucio, descalzo; Va el chico lustrabotas. Se me ofrece el muchacho: "¡Se lustra, caballero, se lustra: diez centavos!" Yo saco la moneda, Se la doy y me aparto. El, con cara de asombro, Se me queda mirando. ¿Qué sabe el inocente De mi afán trasnochado De hacer creer a los niños Que aún existen milagros? |
En mundos de papel picado tus labios se fueron descubriendo. Blog de experimentación literaria
miércoles, 13 de junio de 2012
El Chico Lustrabotas. Alvaro Yunque. Argentino.
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