Haikus de Collado Ruiz

Alma vuela

donde no temas hallar

su fugaz beso

Amarte fue

tensar los muchos hilos

de mis lágrimas

Al darse fácil

deja mentir la risa

su intención

Otoño sin ti

el frió invierno 

al cabo llega

Fuera la bala

solo fugaz destello

la muerte es

Claro de luna
tus ojos en la noche

penas del alma

IX Amordasílabos

La virgen se precipita al vació envuelta en su pasado

arroja al fondo los ojos que no merecen ver luz

acalla sin medir palabra la aceptación del sacrificio  

ama por todos demostrando valentía

cae la pluma  de Quetzal divino 

sus labios desconocen el sabor del beso 

Cuánto debe morir la vida para saciar culpas

jade expuesto al calor del pecho 
en la quietud de la luna

el furor del agua penetrando
los secretos

  

Herido de Sombras.

I

Se sienta a la sombra
de un pájaro herido

herido de sombras 
que se ve pasar


Ve pasar la sombra
herida de besos
de pájaros presos
en su muerte andar


Herido de sombras
el pájaro besa 
la sombra al pasar




II

Herido en mis manos 

de amasar inciertos

cuanto tiempo solo 
con su piel sensible 

y sus labios tintos  

Herido pasa veranos

sentado a la sombra 

de amasar ternuras 

con sus labios tintos 
y su piel sensible

a la espera del pájaro 

que cruzó su tiempo 

Si no estas pequeña gota 
en la inmensa plaza seca 
al borde de los labios
del solitario


Si no estas de tanto miedo
dormido entre la hierba
espero que la luna
deposite un beso 


Si no estas para servir de arrullo
al niño de tus sueños
en el vientre vació 
que lo aguarda


Si no estas no servirá de mucho la llovizna
solo quedaran los pies marcados


Si no estas se detendrá el silencio
que pone música en los cuerpos


Se añejara en la cara la sonrisa
se vestirá de viento el despertar
al otro lado del vació 

El no saber

Porque me fui sin saber rumbo

es que mis huesos encontraron destino

en las escaramuzas de los tordos

de vuelo desalineado

en el caer del todo macilento

origen de las cosas

A buscarme fui un destino

sin saber que lo había hallado

donde lo creí perdido

La vida

Para cantarte todas las flores se han dado cita
aroman todo se tornan jardines que no envejecen
Señora mía
huérfano soy de tristezas que no hallan calma
buque encallado
viejo camino que nadie toma
mira mis manos que ya están viejas
duele moverlas
sin embargo por ti reclaman otro mañana
Dama del día
en mil vestidos te contoneas
arrastras dócil la vista
nunca desfalleces
amado espacio dubitativo
de terco tiempo 
solo por ello
tierna y querida
a la mar vuelco mi pobre aliento
conoces mi osado modo
mis noches de embate y soledad
Mujer de luto pasa tu pena confiada en Dios
Querida amada sol a mis ojos
por ti,
la vida

A mano

Safo no odia a los hombres
cree sentirse tan completa
que ignora el equilibrio y lo desprecia
acaso es cuestionable buscar la libertad
como si una palabra de gracias no bastara para saldar la cuenta
En qué claustro se volvió vileza
el decano mundo de soslayo y mueca
de que falsas sutilezas
entre máscaras gastadas vieja bruma
No en balde se agazapa la tormenta en las manos que se ofrecen
Sin comprender se entrega al mundo lo que brota
y sin mediar pago ni precio
se otorga  lo heredado
Que enseñar es cubrir la añeja deuda
y dejar crecer lo construido
es quizás  en  verdad
el mejor pago

Amor de paso

Van a decir que te aman
y pondrán sobre tu almohada flores rojas
en la mañana el beso delicado
tres o cuatro llamadas al día

Al cabo de un tiempo no esperado
la luna caminará sobre tu espalda
hallándote desnuda y destilando penas
sin la magia exorbitante del estreno

Cerrara tus ojos la espera acariciante
donde se posó el beso apasionado
más allá la frontera del silencio
una bruma que teje mil intrigas

Van a decir que te aman
por ello tornaran tus ojos al pasado
y se harán grandes platos de presagios
como oscuros nubarrones en la noche

Es mejor sentir amor que dure
aunque no ponga rosas en la almohada
ni presuma de llamadas sin sentido
que amar fingiendo regocijo

A medianoche

Escribiré en tu piel los versos más queridos
y en tu oscuro secreto dibujado 
el tatuaje prohibido de mis labios
donde la muda quietud de serte amado
encarne en tu herida sofocante
con la tinta de forjar la vida y el pincel dentro de tu alma
intentaré amainar las viejas rencillas de mi pena
que otras musas provocaron
Se me irá la existencia en seducir tu soledad 
y poblar de mariposas
el intenso bosque que me otorgas

Al borde del camino

                                                                        

Me ves al borde del camino
sembrado en el tiempo que olvidó la senda
debatido entre vientos que no me reconocen
atacado por la paz de un silencio agresivo
la violácea mueca de la mirada
atado al desierto por la persistencia
siendo una idea que no halla destino
mordido por las ruedas
observado por miradas distraídas
de niñas enamoradas que buscan en los bordes
la respuesta abstracta a las preguntas del tiempo
curiosas de conocer su futuro
para el que se ha inventado los años y las lágrimas
justificante de la propia historia humana
caprichos de una sonrisa de agua fresca
que identifica los destinos
sobre el verde amarillento
de la propia vida compartida