Fidelio Ponce de León 1895-1947, un grande de la plástica cubana, considerado por muchos el más autentico y definido de los pintores del siglo XX en Cuba.
Su obra posee ciertas características que lo hacen distinguirse de las producidas por otros afamados pintores de la isla en su mismo periodo. Son de factura casi monocromatica, con rostros generalmente sombríos y poco delineados, su temática es de sobrio enfoque y muchas veces triste o seria.
Usa abundante el blanco cadmio al que mezcla de manera ligera con ocres y cienas.
Por fragmentos su dibujo adquiere majestuoso trazo, digno de comparar con los grandes maestros italianos del renacimiento.En instantes se diluye y pierde en fondos resueltos de forma magistral. Cosa que podemos apreciar en esta obra sin titulo, en las manos al extremo derecho inferior.
Casi todos los rostros de sus trabajos son de gran parecido como si una misma familia le sirviera de modelo.
Considero que Fidelio no tenia la virtud de la aceptación , y su critica descarnada le creaba grandes enemigos y generaba la polémica que en su época dio lugar a la leyenda negra que le perseguía.
Sin embargo su juicio era sincero y espontáneo y no llevaba, según testimonio de personas que lo conocieron , el animo de herir, quizá el afán de ser directo acababa por lastimar la sensibilidad o la inseguridad de otros.
Contrastaba su trabajo, con la corriente de pintores modernos cubanos que rompen con el clasicismo de fines del XlX y principios del XX, que tenía el monopolio de la plástica en Cuba y habían convertido la escuela de pintura de San Alejandro en un academia aburrida y conservadora al más puro estilo decimononico.
Con Fidelio, la pintura cubana se aparta del academicismo y ya no vuelve a ser la misma , sin menospreciar a Menocal y Collazo , excelentes artistas de la vieja guardia , los nuevos valores irrumpen en la escena con la frescura de un estilo firme, nacional y policromatico. La fiesta caribeña va de la mano de Amelía Pelaez, Portocarrero, Mariano Rodríguez, Abela, Carlos Enriquez, Gattorno, Wifredo Lam.
Este alborozo de color y la composición adquiere tintes definidos y la pintura cubana va navegando con buen viento por la palestra internacional.
Pero queda en la memoria por siempre, un pintor bohemio que murió joven y que lo rebasa una obra que sienta un precedente para las futuras generaciones de artistas cubanos, por su entrega, su estilo y su trascendencia mundial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario