Desde que las vi, estas muñecas me persiguen, andan en mi camino y no dejan que me aparte de ellas, que tanto pueden recordarme las muñecas de Margarita.
Hacen que recuerde a un pintor y a muchos en sí mismo. A la pintura por la pintura, al tiempo, por lo vivido. A la Habana que no desaparece de mi memoria, que se ha fijado como una cicatriz, como un parche.
Pero estos dibujos-pintura, tiene una historia que nadie debe saber mas que su autora, su hada que les dio vida, o las expuso ante todos con ese atrevido afán de retar nuestra inteligencia.
Todas tienen una marcada sobriedad, esconden un sentimiento que rebasa la idea, nos hacen imaginar que ocultan, nos alejan de la serie de vestidos para ponerles rostros, porque ellas tienen vida propia, a ellas solo les falta hablar y decirnos, pero tal vez no queremos escuchar lo que nos dirían, preferimos armar nuestras propias historias, alimentadas por las vivencias.
-ese frió encanto de tus calles-, esa magia que tiene quien se viste de vivencias y las lleva como trofeos ocultos y las transmite de manera mística o lúdica, a la espera de agradar en una muestra plástica, pero a la vez reta al publico a mirar y descifrar, como hizo D´Vinci con los curiosos ante su Giaconda, irónico verdad que ahora la artista nos presenta una galería de mujeres de ilusión que cobran vida en la imaginación. Trascienden el espacio, lo achican y pueden desde un lugar lejano hacer que viajemos a otro y a otros en busca de respuestas. La mágica propiedad del pensamiento femenino, al servicio del arte y la imaginación.
foto: tomada de la página amiga http://codelamarga.blogspot.com/ Rostros de muñecas autoria de Margarita García Alonso.
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